sábado, 12 de junio de 2010

Características arquitectónicas del cuarto del rescate


El cuarto del rescate es una obra típicamente Inca. Sus paredes o muros, construidos íntegramente de toba volcánica (cantería), se asientan directamente sobre la superficie de cantería sin cimientos, mostrando interiormente  cierta inclinación que lo definen de forma trapezoidal, característica propia de la arquitectura Inca.
La estructura de sus paredes está constituida por piedras poligonales de tamaños diversos, trabajadas en todas sus caras, dispuestas en hiladas aparentemente regulares aunque no enteramente rectas, que forman todo el ancho de las paredes.
La colocación de los elementos del muro, sin esparcimiento entre ellos, origina superficies mas o menos alineadas y caras regulares. Las piedras son casi cuadradas, tan altas como anchas, si bien no completamente simétricas. Su trabazón debido a la naturaleza deleznable de la toba no es tan perfecta y lineal como en las obras del Cusco. Actualmente las paredes presentan de 5 a 6 hiladas, de aproximadamente 8 a 13 elementos en los paños mayores y 7 a 11 elementos en los menores.
Los tres vanos de acceso frontales que presentaba el recinto antes de su restauración, han sido adulteraciones tardías; no asi, el vano lateral izquierdo que si corresponde a la puerta original, Además en el interior se destacan 10 hornacinas trapezoidales: 2 en la pared sur, 3 en el oeste, 4 en la norte y una en la este. El muro tiene una altura promedio de 3.235 m., siendo en sus esquinas externas del cuarto sur de 3.20 m. y en lado norte de 3.18m. y de 3.27 m. a la altura del vano central. Específicamente ninguna de las esquinas externas del cuarto presentan evidencias de amarre de otros muros, lo que le dan la apariencia de una estructura aislada.

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